Frente al aumento de refugiados en busca de asilo político en San Diego, un grupo proinmigrante llamado Casa Familiar abrió un centro de ayuda de emergencia. Sin embargo, debido a la falta de financiamiento, se han visto obligados a cerrar sus puertas.
Según los representantes de Casa Familiar, el jueves marcó la última noche en la que pudieron brindar asistencia a los migrantes. Aunque el lugar no ofrecía muchas comodidades, era considerablemente más seguro que los centros de tránsito donde solían ser alojados previamente.
Inicialmente, cuando llegó la última ola de migrantes, los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) solían liberar a los migrantes en centros de tránsito. Sin embargo, debido a reportes de acoso, Casa Familiar abrió sus puertas como un refugio seguro para los agentes de inmigración dejaran a los migrantes y recibieran asesoramiento.
Lamentablemente, la falta de apoyo financiero ha llevado al cierre del centro, forzando a los migrantes a regresar a los centros de tránsito. Esta situación subraya la necesidad crítica de un respaldo económico constante para las organizaciones proinmigrantes que desempeñan un papel vital en la ayuda a los refugiados en busca de asilo en San Diego.