Durante la celebración por los 80 años de relación entre ambos países, el ministro Gonzales-Olaechea terminó confrontando al embajador Louis Marcotte. La semana pasada, 16 embajadas, entre ellas, la de Canadá, rechazaron y expresaron su preocupación ante el proyecto anti ONG del Congreso (Ley 27692). Al parecer, este respaldo no fue del agrado del ministro de Relaciones Exteriores, Javier Gonzáles-Olaechea, pues ayer el canciller increpó al embajador de dicho país, Louis Marcotte, durante un evento diplomático.
Se trataba de la celebración del “Canada Day” en la que se conmemoraron los 80 años de relaciones entre Perú y Canadá, que se llevó a cabo en la casa de Marcotte. Sin embargo, el ministro aprovechó su discurso para cuestionar el accionar del aún país amigo, mencionando que “no fueron oportunos” sus comentarios hacia el intento de modificación de la Ley 27692, señalando, además, que aún se trata de un proyecto en curso.
“Y hablando en términos hipotéticos y condicionales, supimos de unos pronunciamientos que no fueron los más felices, que no fueron oportunos, porque se refirieron a un proyecto, ni siquiera a una ley”, resaltó el titular del ministerio de Relaciones Exteriores.
Mientras que el embajador Marcotte resaltó los años y solidez de los lazos entre ambos países, y la importancia de seguir “tejiendo juntos un futuro sostenible”, Gonzáles-Olaechea insistió en que “para hablar de amistad se tiene que ser franco”. Y agregó lo siguiente: “no puedo ser amigo de Pedro si Pedro en mi casa me dice algo altisonante, o me cuesta cultivar esa amistad que profundamente aprecio en el caso de Canadá”.
Asimismo, el canciller aseveró que Canadá no tendría por qué tener injerencia en los asuntos peruanos, recordándoles que también cuentan con conflictos con sus pueblos indígenas. Además, afirmó que la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) peruana “ni fue tan veraz, ni reconcilió a muchos”.
“Permítame decirle que en su país también existe un proyecto de ley que busca exactamente lo mismo (…) yo no le indicaría a mi embajador en Italia que se pronuncie de una u otra manera respecto a lo que disponga el Congreso de Italia. La diplomacia es, como dije, el arte de hablar y a veces de callar”, agregó Gonzáles-Olaechea.