Mila es una niña de 11 años de edad que fue sistemáticamente abusada por su padrastro desde que tenía tan sólo 6 años de edad, en la ciudad de Iquitos, en la región de Loreto, ubicada en la selva peruana. Hace un poco más de un mes, cuando denunció a su agresor, descubrió con espanto que tenía 13 semanas de embarazo. Sin embargo, ahora el Estado peruano pretende obligarla a continuar con la gestación y dar a luz, haciendo añicos su proyecto de vida y la posibilidad de sanar sus profundas heridas.
Autoridades decidieron aislar a la menor, y separarla de sus seres queridos.
El día de la denuncia, el agresor fue capturado y llevado a la carceleta, aunque, sorprendentemente, quedó en libertad a las pocas horas por orden del Poder Judicial “por falta de prueba”. Por el contrario, la decisión de la Unidad de Protección Especial de Loreto fue internar a Mila en uno de sus albergues, aislándola de su madre y de toda su familia.
Según la víctima, ella le había contado a su madre que su padrastro la violaba, pero ésta no hizo nada para ayudarla. La madre de Mila asegura que también sufría abusos por parte del agresor, quien la había amenazado de muerte.
“La madre de Mila ha colocado una denuncia por violencia psicológica, física y sexual contra el mismo agresor. Allí podemos evidenciar que el Estado ni siquiera ha hecho una investigación para entender la situación de la familia y en lugar de entender a la familia en conjunto, los ha separado a todos”, sostiene a Epicentro TV la coordinadora de litigio estratégico de Promsex, Isbelia Ruiz, quien ha asumido la defensa legal de la madre.
Le niegan a Mila, el poder interrumpir su embarazo, consecuencia de la violación.
La madre solicitó que se le practicara un aborto terapéutico a Mila, pero la Unidad de Protección Especial nunca activó el protocolo y tampoco les informó sobre esta alternativa. Recién el 3 de agosto, el Hospital Regional de Loreto realizó una junta médica que determinó como improcedente la aplicación del procedimiento.
El Jefe de Psicología del Hospital Regional de Loreto, Dr. Johnny Guabloche, afirma que la menor no tiene ningún problema psicológico y que “dentro del protocolo del aborto terapéutico no dice que sea para casos de violación.”
La ONU expresa preocupación por el caso y hace peticiones al Estado Peruano.
Las Naciones Unidas han expresado su profunda preocupación por el caso de Mila y le han pedido al Estado peruano que reconsidere la decisión de negarle el acceso al aborto terapéutico a ella y a todas las niñas y adolescentes embarazadas víctimas de violencia sexual, porque forzarlas a continuar sus embarazos constituye un acto de tortura, un trato cruel, inhumano y degradante.
Mila, ahora, tiene 18 semanas de gestación y este procedimiento sólo se puede practicar hasta las 22 semanas. El tiempo avanza.