A los 91 años de edad falleció en la ciudad de Mónaco, el pintor y escultor colombiano Fernando Botero, considerado uno de los artistas latinoamericanos más influyentes del siglo XXI. Desde hace algunos días había padecido quebrantos de salud, debido a una pulmonía, que no logró superar.
Siempre dijo que quería seguir pintando hasta el día de su muerte.
‘No he encontrado una cosa que me produzca más placer, excitación, que me llene más que pintar o hacer escultura, pero sobre todo pintar. No tengo tiempo de hobbies”: afirmaba el maestro Botero, quien siempre dijo que quería seguir pintando hasta el día de su muerte.
Botero, oriundo de Medellín, a lo largo de su carrera rompió todos récords en materia de arte, los más recordados; las 300.000 personas que visitaron su exposición en el palacio de Bellas Artes en México; también las 155.000 visitas que obtuvo en el museo de Bellas Artes de Bilbao.
Impuso su estilo, retratos de personas de gran volumen, una característica reconocida a nivel mundial.
El artista entendía que su trabajo tenía una conexión especial con las personas, sin importar la condición social: “En todas partes, tengo que decir, que mi trabajo atrae a la gente porque se siente identificada con una razón u otra, y debo decir que gran parte de mi trabajo le dice algo a mucha gente y lo recuerda, sobre todo a todos los niveles sociales”
Impuso su estilo, retratos de personas de gran volumen, una característica reconocida a nivel mundial. En muchas ciudades se pueden encontrar sus obras de arte como en Estados Unidos y Francia.
“El tiempo termina con todo, aún con los grandes artistas del pasado y esa es la aspiración de todos los pintores, perdurar en la mente de todas las personas y eso es lo que yo quisiera también”: es como quería que fuera recordado a través de los años.
En Colombia fue un reconocido activista, trabajó de la mano con el Gobierno en medio de los diálogos de paz, criticó a los paramilitares, la guerrilla y narcotraficantes.