A partir del 7 de julio de 2024, los colombianos tendrán que despedirse de ciertos productos de plástico que hasta ahora han sido parte de su vida cotidiana. Supermercados, tiendas y otros establecimientos ya no podrán ofrecer artículos como bolsas plásticas de compra y los conocidos copitos de plástico para los oídos.
Esta medida, destinada a reducir el impacto ambiental de los plásticos de un solo uso, plantea desafíos tanto para los comerciantes como para los consumidores.
En el sector de las lavanderías, surge la preocupación por cómo proteger adecuadamente la ropa de los clientes del polvo y la suciedad, dado que las bolsas plásticas solían ser una opción conveniente para este fin. “Toca mirar a ver qué van a hacer para colocarle a las prendas porque igual toca cuidarlas del polvo, porque, si no le coloca uno la bolsa, la ropa se ensucia”, comentó un representante del gremio.
Por otro lado, los almacenes están explorando alternativas para reemplazar los plásticos con materiales más sostenibles, como la tela. Este cambio no solo implica una adaptación en términos de suministros, sino también un compromiso con el medio ambiente y la responsabilidad social corporativa.
Sin embargo, el mayor desafío recae en los ciudadanos. La transición hacia una cultura del consumo más sostenible y responsable requerirá la colaboración activa de todos los colombianos. Esto implica adoptar nuevas prácticas, como llevar bolsas reutilizables al hacer las compras y buscar alternativas a los productos de plástico desechables en la vida diaria.
Esta medida representa un paso significativo hacia la reducción de la contaminación por plásticos y la preservación del medio ambiente en Colombia. Con un compromiso colectivo, se espera que esta iniciativa contribuya a un futuro más limpio y saludable para todos.