Colombia enfrenta una nueva crisis en su sector aéreo debido a un grave desabastecimiento de combustible Jet A1, esencial para las operaciones de las aeronaves comerciales. La falta de este recurso está generando incertidumbre entre los viajeros y ha llevado a la posibilidad de cancelación de vuelos en todo el país.
Desde el 16 de agosto, cuando una falla eléctrica en la Refinería de Cartagena (Reficar) paralizó la producción de combustibles, el país ha comenzado a experimentar serios problemas en la disponibilidad de Jet A1. Esta refinería, crucial para el suministro de combustibles para aviones, solo ha podido abastecer al 76% de su capacidad normal, mientras que la Refinería de Barrancabermeja continúa operando con normalidad.
El impacto es notable, aerolíneas como Latam han alertado sobre el desabastecimiento en aeropuertos importantes como Leticia, Montería y Bucaramanga, y han reportado que la situación en Bogotá está en niveles críticos. En respuesta, Latam ha implementado un plan de contingencia que incluye el abastecimiento de combustible en el extranjero para vuelos internacionales y ajustes operacionales para manejar el consumo en los aeropuertos nacionales.
Avianca ha cancelado 26 vuelos en las últimas horas
La ministra de Transporte, María Constanza García, ha reconocido que esta situación podría llevar a un aumento en los precios de los tiquetes aéreos. La importación de 100.000 barriles de Jet A1, con un costo adicional estimado de 10 dólares por barril, podría trasladarse a los precios de los boletos, según García. “Debe verse trasladado en las tarifas, finalmente esto es un mercado. Hay una oferta y una demanda”.
El presidente Gustavo Petro ha intentado calmar las preocupaciones a través de sus redes sociales, sugiriendo que la escasez podría estar vinculada a irregularidades internas que están siendo investigadas. Mientras tanto, la Aeronáutica Civil ha recomendado a las aerolíneas que reprogramen, suspendan o cancelen vuelos entre el 28 de agosto y el 4 de septiembre para manejar la situación de manera efectiva. Las empresas deberán informar con 24 horas de anticipación sobre cualquier cambio en sus operaciones.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) también ha intervenido, subrayando la importancia de la disponibilidad de combustible para el mercado aéreo global y asegurando que las aerolíneas están trabajando en estrategias para racionar el combustible disponible.
Esta crisis representa un desafío significativo para el sector aéreo colombiano y para los viajeros que planean desplazarse dentro y fuera del país en las próximas semanas. La combinación de problemas operacionales y el potencial aumento de precios pone en evidencia la urgencia de encontrar soluciones rápidas y efectivas para mitigar el impacto en la industria y en la experiencia de los pasajeros.