En un giro inesperado en la política de seguridad nacional, el Gobierno de Colombia ha dado un nuevo paso hacia la negociación con grupos criminales al anunciar oficialmente el inicio de diálogos con el Clan del Golfo. La resolución, firmada por el presidente Gustavo Petro el 8 de julio de 2024, establece un espacio sociojurídico para las conversaciones y designa a Álvaro Jiménez Millán como el coordinador de la delegación oficial del Gobierno.
Álvaro Jiménez Millán, conocido politólogo y analista del conflicto armado con experiencia en negociaciones de paz, liderará la delegación del Gobierno. Jiménez, quien fue vocero del movimiento M-19 durante las negociaciones de paz con el gobierno de Belisario Betancourt, estará acompañado por María Gaitán Valencia, directora del Centro Nacional de Memoria Histórica.
El objetivo de estos diálogos, según la resolución, no es la negociación política, sino que busca establecer un acuerdo con la justicia colombiana para el sometimiento del Clan del Golfo. El grupo, conocido por sus actividades delictivas, no cuenta con estatus político y, por lo tanto, las conversaciones no incluirán aspectos políticos, sino que se centrarán en el sometimiento a la justicia.
a este grupo criminal se le atribuyen cientos de crímenes, homicidios y actividades de narcotráfico
En paralelo, la resolución también confirma la participación del Clan del Golfo en la mesa de diálogo, designando a seis representantes de la organización criminal. Entre ellos se encuentra Jobanis de Jesús Ávila Villadiego, alias ‘Chiquito Malo’, máximo líder del grupo y señalado por su implicación en narcotráfico, minería ilegal, extorsión, contrabando y tráfico de migrantes. Los otros miembros de la delegación del Clan del Golfo son Orozman Orlando Asten Blanco, José Gonzalo Sánchez, Elkin Casarrubia y Luis Armando Pérez Castañeda.
Esta iniciativa llega en un momento en que las conversaciones de paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) están congeladas, tras la expiración del cese al fuego. El gobierno de Petro ha optado por abrir un nuevo frente de negociación con el Clan del Golfo, buscando soluciones alternativas en el contexto del conflicto armado y el crimen organizado en el país.
El inicio de estos diálogos marca un nuevo capítulo en la estrategia de seguridad del Gobierno, que ha estado tratando de abordar la violencia y el crimen de manera integral, con la esperanza de lograr avances significativos en la desarticulación de las organizaciones criminales y la restauración de la seguridad en las regiones afectadas.