El aumento del consumo global de este estupefaciente, tiene como resultado el auge en la producción de cocaína posiciona al Perú como segundo mayor productor a nivel mundial. Así como la falta de erradicación de las plantaciones, impulsan un preocupante crecimiento en la producción de cocaína en el Perú, informa la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).
Un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), reveló un alarmante incremento de consumo de estupefacientes a nivel mundial. Este hecho impulsó la producción de cocaína en Colombia, Bolivia y Perú, donde se generó 2.700 toneladas para el 2022, es decir, un 20% más que el año anterior.
El Reporte Mundial sobre Drogas 2024 de la UNODC también informó que hubo un 13% de crecimiento del cultivo de la hoja de coca en esos 3 países andinos. Colombia registró 230.000 hectáreas, representando el 65% del total de la región, seguido por Perú con 95.000 (27%) y Bolivia con 29.900 (8%).
Que los países no hayan aumentado los operativos o proyectos de erradicación de estos cultivos ilícitos también es un punto clave, pues genera que la producción de la hoja de coca se eleve. En el 2020, se contabilizaron 234.177 hectáreas de cultivos de esta planta y se erradicaron 139.130 (59.4%). Sin embargo, dos años después, se registraron 354.900 hectáreas cultivadas, pero solo fueron destruidas 100.779 hectáreas (28.3%).
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De acuerdo con la UNODC, 23.5 millones de personas consumen cocaína, por lo que se ha convertido en un mercado en permanente crecimiento. Esto impulsa a que las organizaciones criminales transnacionales aumenten su producción en cantidades industriales. Estados Unidos, Europa y ahora también Asia y África son los principales destinos.
“El auge prolongado de la oferta y demanda de la cocaína ha coincidido con la escalada de violencia en los estados ubicados a lo largo de la cadena de suministro, principalmente en Ecuador y los países del Caribe, y un incremento en los daños a la salud en los países de destino, incluidos los de Europa Occidental y Central”, señala el informe.