La mañana del domingo 29 de diciembre comenzó como cualquier otro día para la familia Lora Rincón. El pastor Yamith Lora, su esposa Yurlay, y sus hijos Ángela Natalia y Santiago, predicaron en la iglesia evangélica Príncipe de Paz, ubicada en el barrio Villa Paraguay, de Aguachica, Cesar. El mensaje del día versaba sobre el perdón, el amor al prójimo y la vida que Dios ofrece, un sermón lleno de esperanza y fe. Sin embargo, al mediodía, esa misma esperanza fue cruelmente arrebatada.
Mientras la familia almorzaba en un restaurante ubicado en pleno centro de Aguachica, a tan solo media cuadra del Comando de Policía, un ataque violento acabó con sus vidas. El pastor, su esposa y su hija murieron en el lugar, mientras que su hijo menor, Santiago, fue trasladado a un centro médico, donde también perdió la vida debido a la gravedad de sus heridas.
El crimen ha causado consternación en la comunidad, que lamenta la pérdida de una familia profundamente respetada por su labor religiosa y comunitaria. Heriberto Gutiérrez, líder social del sur del Cesar, expresó su indignación ante lo sucedido, destacando la brutalidad del ataque: “El que lo hizo vino con saña, con perversidad, con maldad, con el diablo metido”. Resaltó lo incomprensible de un crimen tan atroz contra quienes dedicaban su vida a predicar la palabra de Dios.
Este asesinato es la tercera masacre registrada en el Cesar en lo que va de 2024
A pesar de la proximidad del Comando de Policía, aún no se conocen detalles sobre los responsables de esta masacre. Isaac Holguín, secretario de Gobierno de Aguachica, condenó el hecho y pidió al presidente Gustavo Petro y al ministro de Defensa que refuercen la seguridad en la región, especialmente en momentos de gran preocupación y temor para la población local. En respuesta a la tragedia, la Alcaldía del municipio y la Gobernación del Cesar ofrecieron una recompensa de hasta 25 millones de pesos para quienes brinden información que conduzca a la captura de los responsables. Además, se decretó un toque de queda en el municipio para tratar de garantizar el orden y la seguridad.
La Defensoría del Pueblo también se pronunció, rechazando lo sucedido y exigiendo a las autoridades que investiguen a fondo el crimen. De igual manera, se solicitó el reforzamiento de las medidas de protección para líderes y lideresas sociales en el Cesar, dada la creciente violencia en la región.
El 2024 fue un año marcado por la creciente ola de violencia que ha sembrado el temor en diversos municipios del departamento. Las autoridades continúan con las investigaciones en busca de justicia para las víctimas de este atroz crimen.