En un reciente informe, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) reveló cifras preocupantes que evidencian el creciente nivel de violencia contra los niños en Colombia. Según el informe, solo en enero de 2025 se registraron 1.072 casos de abuso sexual infantil, lo que representa una media de 35 niños agredidos diariamente en el país.
El panorama de la violencia infantil en Colombia es aún más sombrío cuando se considera que, en total, 19.570 menores han necesitado acogida institucional por haber sufrido algún tipo de maltrato, lo que refleja la magnitud del problema.
Luz Alcira Granada, directora de Bethany Christian Services, destacó que la falta de acceso a la educación, sobre todo durante las cuarentenas y el cierre de escuelas, ha incrementado la vulnerabilidad de los niños, convirtiéndolos en blancos fáciles de los agresores. “Los niños y niñas están fuera del colegio, y esto es un factor de riesgo sumamente fuerte”, expresó.
En los últimos dos años, al menos 1.800 menores han sido víctimas de explotación laboral
El informe también alerta sobre otras formas de violencia que afectan a los menores en el país. Entre ellas, destaca el trabajo infantil, que continúa siendo una realidad devastadora en Colombia. Además, el reclutamiento forzado por parte de grupos armados ilegales sigue siendo una amenaza creciente. En 2024, se reportaron 463 casos de reclutamiento, aunque se teme que estas cifras no reflejen la magnitud real del fenómeno debido al subregistro.
La violencia doméstica también continúa siendo un problema grave. El ICBF ha tenido que acoger a 3.217 niños debido a abandono y 3.866 por su permanencia prolongada en la calle, situaciones que reflejan el deterioro de muchos hogares colombianos. En algunos casos extremos, la desesperación de los menores ante las condiciones de violencia los ha llevado a decisiones trágicas, como el suicidio, antes de ser reclutados por los grupos armados.
Estas alarmantes cifras subrayan la urgente necesidad de adoptar medidas eficaces para proteger a los menores y garantizar su seguridad. Las autoridades y la sociedad en general deben redoblar esfuerzos para frenar la violencia infantil en Colombia y asegurar un futuro seguro para la niñez del país.