El pasado 31 de enero, a la 1:00 p.m., un hombre identificado como Rolando Plazas fue víctima de un robo cuando transitaba por la vía que conecta Popayán con Neiva, a la altura del municipio de Inzá, en el límite entre los departamentos de Huila y Cauca. Un grupo armado ilegal, presuntamente disidencias de las FARC, interceptó al hombre, le despojó de su motocicleta y lo abandonó en plena carretera sin medios para continuar su trayecto.
El hecho, ocurrido en una zona vulnerable y de difícil acceso, dejó a la víctima expuesta a los peligros de la región. Sin embargo, lo que hizo que el asalto cobrara una relevancia mediática fue que Plazas grabó un video minutos después del robo, en el que relató lo sucedido y mostró el lugar en el que fue abandonado. En la grabación, Plazas expresó su desconcierto: “Y esa es la historia de este país, me acaban de quitar la moto la guerrilla, estoy en la mitad entre Huila y el Cauca, todavía no me la creo. El país es muy bonito pero hay gente m**. Voy a mandar la ubicación y eso para después poner la denuncia”, dijo en el video, que rápidamente se viralizó en redes sociales.
La denuncia pública generó una ola de rechazo y preocupación entre los usuarios frecuentes de este corredor vial, una importante ruta de comunicación entre el centro del país y el sur. A través de las imágenes, Plazas alertó sobre la presencia de un retén ilegal en la zona, una práctica común en áreas donde grupos armados ilegales ejercen control territorial.
Aunque no sufrió maltrato fue despojado de su motocicleta por hombre fuertemente armados
Días después de que el video se difundiera, el afectado volvió a utilizar sus redes sociales para aclarar algunos puntos, especialmente frente a especulaciones que habían surgido a raíz de la grabación. En un segundo video, Plazas explicó que la razón por la que hizo la grabación fue para contar con evidencia para la reclamación del seguro, algo que, según él, se le exigió como condición para poder continuar con su vida. “Este video lo hago porque veo que comenzó a circular un video de cuando las Farc me quitó la moto; eso sucedió el 31 de enero. Quiero decirle a toda mi familia, a todos mis amigos, a conocidos, que estoy bien. El video no lo publiqué, lo compartí precisamente por un tema de seguro en la reclamación”, dijo.
Asimismo, Plazas aclaró que, aunque la situación fue traumática, su única opción en ese momento fue ceder ante las demandas de los asaltantes, quienes le permitieron grabar como prueba de lo ocurrido. “Me preguntan que por qué puedo hacer el video y es porque no me conocen. Yo ese día hice lo que me dedico a hacer todos los días de mi vida, ese día lo único que vendí fue mi libertad, eso es lo que estaba en negociación, y lo que pedí y a lo que accedieron fue permitirme hacer un video para que tuviese la prueba de reclamación”, explicó.
Aunque el hecho ha generado preocupación por la seguridad en esta zona de conflicto, también resalta el impacto de las redes sociales al visibilizar incidentes como este. La denuncia de Plazas pone de nuevo en el centro del debate la creciente presencia de grupos armados ilegales en varias regiones del país y la necesidad de reforzar la seguridad en las carreteras, especialmente en las de difícil acceso.