Las autoridades de Aguascalientes sostienen que el magistrade fue asesinado por su pareja, quien luego se quitó la vida; aunque el gobierno federal pide no descartar ninguna línea de investigación.
Jesús Ociel Baena, primer magistrade no binario de América Latina, fue encontrado muerto dentro de su casa durante las primeras horas de este lunes, 13 de noviembre. Inicialmente se indicó que estaba junto a otro cuerpo, ambos con lesiones de arma blanca, y que no había señales de una tercera persona.
El fiscal general de Aguascalientes, Jesús Figueroa, dijo en entrevista para Milenio y Radio Fórmula que el magistrade habría sido asesinado con navajas por su pareja, a quien se identifica como Dorián Nieves.
Así describen la escena del crimen
Figueroa ofreció detalles de la escena del crimen en medios nacionales. Las sospechas son que inició una discusión entre ambos en una de las recamaras, ya que se encontró una mancha de sangre en una cama.
Ambos cuerpos fueron encontrados en la parte baja de la residencia, uno cerca del otro. Pero el magistrade tenía al menos 20 heridas de arma blanca, la última en la yugular le habría provocado la muerte.
Por su parte, el cuerpo de Dorián tenía heridas de navaja en los dedos, presuntamente tras usarla como arma homicida, y una más profusa en el cuello, que se sospecha se hizo él mismo.
El fiscal reconoció que podría tratarse de una hipótesis poco creíble para muchos, pero aseguró que están siendo cuidadosos y es lo que indica la evidencia. Pues además destacó que no se forzaron las entradas del domicilio y no hay pruebas de que otra persona estuviera en el lugar.
La muerte del magistrade convocó un movimiento nacional
Además de ser magistrade, Ociel Baena se destacó como activista para promover y defender los derechos de la comunidad LGBTIQ+, que el mismo día de su muerte alzó la voz para exigir justicia.
Tras difundirse la muerte del magistrade, en redes sociales se volvió viral la convocatoria para hacer una velada en la Estela de Luz de la Ciudad de México, y que se replicó en varias ciudades del país, incluyendo Tijuana.
Durante las diversas manifestaciones pacíficas se acusó al estado de fabricar la versión de un asesinato pasional para ocultar un crimen de odio.