La sentencia ordena al Estado peruano a elaborar un plan para reubicar a los comuneros de La Oroya afectados por la contaminación.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) declaró al Estado peruano como responsable por la violación a los derechos al medio ambiente sano, entre otros, de los habitantes de la comunidad de La Oroya.
Foto: Red Muqui
La sentencia se emitió la mañana del viernes en una audiencia en donde se precisó que el Estado Peruano no veló por garantizar múltiples derechos humanos de al menos 80 comuneros.
“Perú es responsable por la violación a los derechos al medio ambiente sano, la salud, la integridad personal, la vida, la protección especial de la niñez, el acceso a la información, la participación política y las garantías judiciales y la protección judicial en perjuicio de 80 habitantes de La Oroya”, señaló la Corte IDH.
La Corte señaló que el derecho a un medio ambiente sano constituye un interés universal y es un derecho fundamental para la existencia de la humanidad. El Tribunal consideró que la contaminación del aire y el agua puede constituir una causa de efectos adversos para la existencia de un medio ambiente saludable y sostenible.
En la sentencia, la Corte ordenó al Estado peruano que, entre otras medidas, realice un diagnóstico de línea base para determinar el estado de la contaminación del aire, agua y suelo en La Oroya, el cual debe incluir un plan de remediación para daños ambientales. Así como, brindar atención médica gratuita a las víctimas de violaciones a sus derechos a la salud, vida e integridad personal.
El caso se originó en el distrito de La Oroya, en la Sierra Central del Perú. En la zona, desde 1922 se instaló el Complejo Metalúrgico de La Oroya (CMLO) dedicado a la fundición y refinamiento de metales con altos contenidos de plomo, cobre, zinc y arsénico, entre otros. En 1997 el complejo metalúrgico fue adquirido por la empresa privada Doe Run Perú. El impacto de la contaminación dejada por el CMLO en el aire y el agua ha sido tan significativo que, en el 2006, La Oroya fue catalogada como una de las 10 ciudades más contaminadas del mundo. Algunos habitantes de La Oroya han presentado metales -plomo incluido- en su sangre.