En medio de la cotidianidad de una escuela pública en el municipio de Corinto, departamento del Cauca, la enseñanza va más allá de las materias convencionales. Aquí, los niños no solo aprenden matemáticas y geografía, sino que también reciben lecciones sobre cómo protegerse en caso de un ataque de grupos armados.
La triste realidad de la violencia en la región ha llevado a que los simulacros de seguridad sean una práctica común en la escuela José María Ovando. En un impactante video, se puede observar a una maestra dirigiendo a sus alumnos, quienes aprenden a agacharse para resguardarse en caso de escuchar el estallido de armas de fuego.
Esta no es una lección para la guerra, aclara la maestra, sino una medida para salvar vidas. En un territorio marcado por la presencia y los enfrentamientos de grupos armados al margen de la ley, estos simulacros se convierten en herramientas vitales para la supervivencia de los niños.
las cicatrices de la violencia quedan impresas en cada rincón del colegio, con más de 140 impactos de fusil visibles en puertas, ventanas y paredes
La maestra, quien lidera estos ejercicios de supervivencia, relata cómo los niños aprenden a través de los simulacros a sobrevivir y proteger sus vidas en medio de una confrontación armada. Sin embargo, lamenta que, a pesar de las constantes solicitudes de reubicación por parte de docentes y padres de familia, estas han caído en oídos sordos.
La falta de seguridad ha sembrado el temor en la comunidad, llevando a muchos niños a no regresar a clases por miedo a convertirse en víctimas de la violencia que azota la región. La necesidad de garantizar un entorno seguro para la educación de los niños se convierte en un clamor urgente en medio de la compleja realidad que enfrenta el municipio de Corinto.