En un esfuerzo por enfrentar el creciente riesgo de desabastecimiento energético, el Ministerio de Minas de Colombia anunció este 19 de septiembre que limitará la cantidad de energía que exporta a Ecuador. Esta medida responde a la necesidad de asegurar el suministro interno en medio de una temporada seca que ha desafiado las proyecciones iniciales de las autoridades.
La exportación se restringirá exclusivamente a la energía térmica que no sea necesaria para el despacho nacional, es decir, solo se entregarán los excedentes. Esta decisión se produce en un contexto de preocupaciones sobre la capacidad de Colombia para satisfacer su propia demanda energética, especialmente después de que en abril de 2024 se apagó temporalmente la conexión con Ecuador debido a las afectaciones del fenómeno de El Niño.
Ecuador, que continúa enfrentando apagones por la falta de suministro, había solicitado la reactivación de la conexión, pero la reciente medida colombiana subraya la gravedad de la situación en el país andino
Según XM, operadora del sistema interconectado, el gobierno ha implementado diversas estrategias para mitigar el riesgo de apagones. Entre estas, destaca la propuesta de que la generación térmica sea la base para atender la demanda durante períodos críticos, especialmente cuando los niveles de agua en los embalses son bajos.
Además, el gobierno busca maximizar la energía disponible en los próximos tres meses mediante la inclusión de excedentes de plantas menores y auto-generadores. Para facilitar este proceso, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) ha establecido un nuevo marco normativo.
Las medidas se complementan con planes de ahorro energético en hogares e industrias, que buscan reducir el consumo y optimizar el uso de recursos. Sin embargo, gremios de generadores y comercializadores han expresado su preocupación, instando al gobierno a acelerar la implementación de diversas fuentes de energía, advirtiendo que la escasez no solo se limita al sector eléctrico.
La situación actual resalta la fragilidad del sistema energético colombiano y la necesidad de acciones rápidas y efectivas para garantizar un suministro sostenible y confiable en el futuro.