Colombia enfrenta una crisis en el sector gastronómico, con el cierre diario de al menos cuatro restaurantes, según cifras alarmantes de la Asociación Colombiana de Restaurantes (Acodres). La combinación de inflación desmedida, altos costos de servicios, arriendo y materias primas ha llevado a una situación insostenible para pequeños y grandes negocios del sector.
Desde 2023 hasta 2024, se han cerrado cerca de 1.600 restaurantes en todo el país, un fenómeno que no se había observado desde la pandemia. Guillermo Henrique Gómez, presidente de Acodres, señala que “la difícil situación que enfrentan estos comercios está afectando no solo a los dueños, sino también a miles de empleados”. La caída en las ventas, que ha alcanzado un alarmante 29%, se está convirtiendo en un factor determinante para la supervivencia de los restaurantes.
desde la pandemia no se veían cifras tan bajas en el sector gastronómico
Adriana García, propietaria de un restaurante que cerró hace diez meses, compartió su experiencia: “Duramos hasta finales del año pasado, y el motivo de nuestro cierre fue la inflación, el arriendo, los servicios y la nómina. Dejé a siete personas sin empleo”. Este testimonio refleja el impacto humano detrás de las desconcertantes cifras.
Los grandes establecimientos no se salvan. Carlos Benítez, fundador de la cadena Don Benítez, se vio obligado a cerrar su local insignia. “El decrecimiento en ventas ha sido tan fuerte que no podemos mantener el arriendo ni la nómina. Los costos de la comida han subido un montón”.
Acodres revela que el año pasado las ventas del sector disminuyeron en 3,8 billones de pesos, mientras que en lo que va de 2024, la caída se estima en cerca de 2,9 billones. La situación se torna aún más preocupante ante la posibilidad de que se apruebe una reforma laboral que, según los empresarios, podría agravar aún más la crisis.
Con estos cierres, no solo se ve afectada la economía de los propietarios, sino también la de sus empleados y la oferta gastronómica del país. La comunidad gastronómica clama por medidas urgentes que permitan la supervivencia de estos negocios vitales para la economía colombiana. La situación es insostenible, y el futuro del sector depende de decisiones rápidas y efectivas.