A pesar de que los pobladores han tratado de comunicarse insistentemente con autoridades locales y nacionales no han recibido ningún tipo de respuesta. Se ha reportado que las plataformas oficiales no estarían registrando el número real de siniestros en estos sectores.
Seis comunidades nativas del pueblo Shipibo-Konibo situadas en la cuenca del río Pisqui, en el distrito de Contamana, provincia de Loreto, han sido arrasadas por los incendios forestales que continúan registrándose en diversas regiones del Perú. Estas poblaciones han perdido gran parte de sus cultivos que son su principal fuente de alimentación.
A pesar de los constantes pedidos de apoyo, ni las autoridades nacionales ni locales han acudido a los sectores afectados. Hasta la fecha, solo las organizaciones indígenas sin fines de lucro han prestado ayuda a estas poblaciones, que exigen la intervención urgente del gobernador de Loreto, René Chávez.
Foto: captura reportaje Iván Brehaut.
“No es posible que Defensa Civil y otras entidades del Estado no hayan llegado a las zonas afectadas por los incendios forestales (…) ¿Qué está pasando con los alcaldes que no quieren reportar esta problemática?”, exclamó Jamer López, presidente de la Organización Regional AIDESEP-Ucayali (ORAU).
Cifras irregulares
Iván Brehaut, corresponsal de Epicentro.Tv, reveló que plataformas del Estado no registran los verdaderos datos de los siniestros. Por ejemplo, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), ha desactivado la opción que permitía ver las estadísticas de los incendios por cada sector. A pesar de esta barrera, su portal registra que Contamanas tiene 2 681 focos de calor y 23 alertas de incendios, mientras que en el distrito Padre Márquez reporta 2 711 focos de calor y 18 alertas de incendios.
Foto: Captura consulta web INDECI del 8 de octubre del 2024.
A pesar de las graves cifras, al cierre de esta nota, la web del Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) muestra que Contamanas y Padre Márquez no tienen ni una sola alerta reportada. “La inconsistencia de los datos brindados por el Estado peruano es evidentes y clamorosa”, señala Brehaut.