La situación en el departamento del Chocó sigue siendo grave debido a las intensas lluvias que, desde principios de noviembre, han causado inundaciones generalizadas en más de 27 municipios de la región. Las autoridades locales informan que más de 150 mil personas han perdido sus hogares y, en muchos casos, sus bienes más preciados, debido a la fuerza con la que el agua ha arrasado comunidades enteras.
Entre los municipios más afectados se encuentran Bojayá, Riosucio, Medio Atrato, Quibdó, Alto Baudó, Medio Baudó, Litoral de San Juan, Nóvita e Istmina, que actualmente se encuentran en estado crítico. En algunas zonas, las imágenes de destrucción son impactantes: casas, cultivos y caminos completamente arrasados por las aguas, lo que ha dejado a miles de personas en situación de vulnerabilidad.
Lluvias que no cesan y el pronóstico para los próximos meses
El panorama climático en el Chocó es preocupante. Ghisliane Echeverry, directora del Ideam, advirtió que las lluvias continuarán afectando la región, con pronósticos que prevén más precipitaciones hasta diciembre. “La variabilidad climática ha generado impactos imprevisibles, lo cual ha aumentado la vulnerabilidad de varias zonas del país, y Chocó no es la excepción”. La situación podría empeorar con el aumento de los caudales de los ríos, debido a la fuerte lluvia que persiste.
El Pacífico colombiano es una de las zonas más lluviosas del país, pero las emergencias en los últimos días se deben principalmente al desbordamiento de los ríos, lo que ha generado alertas hidrológicas en varios municipios de la región.
El impacto de las lluvias en el país
Las lluvias no solo han afectado al Chocó. En otras zonas del país, como la Alta Guajira y algunas partes de Bogotá, también se han registrado lluvias intensas que han generado alteraciones en la vida cotidiana. Ante la magnitud de la crisis, el presidente Gustavo Petro declaró el estado de desastre y señaló que la deforestación, las economías ilícitas y la urbanización desmedida han agravado los efectos del cambio climático y aumentado la vulnerabilidad en varias regiones del país.
“Estamos viviendo efectos de la variabilidad climática que no se habían visto antes, y esto afecta a las comunidades más vulnerables”, señaló Petro, quien invitó a la población a estar preparada ante los posibles efectos de la temporada de lluvias que aún no termina.
Ayuda humanitaria en marcha
En respuesta a la emergencia, la Defensa Civil del Chocó, en coordinación con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), ha comenzado a distribuir ayudas humanitarias a las zonas más afectadas. Manuel Lozano, director de la Defensa Civil del Chocó, confirmó que las entregas de alimentos, medicinas y materiales de abrigo comenzaron el 11 de noviembre y continúan, a pesar de las dificultades para acceder a algunas áreas afectadas por las inundaciones.
“Las lluvias han empeorado la situación, pero la entrega de ayudas sigue su curso. Lo estamos haciendo bajo el marco del Puesto de Mando Unificado (PMU), con el apoyo de las Fuerzas Militares, que nos permiten garantizar la seguridad en las zonas de difícil acceso”, indicó Lozano. A su vez, las autoridades locales han dispuesto de puntos de acopio en varias ciudades del Chocó para consolidar las ayudas y enviarlas rápidamente a los afectados.
El impacto del conflicto armado
A la crisis humanitaria provocada por las lluvias, se le suma la grave situación de orden público en la región. El paro armado convocado por el ELN ha dificultado aún más la entrega de ayuda humanitaria, ya que las fuerzas armadas deben tomar medidas adicionales para garantizar el transporte seguro de los recursos hacia las zonas afectadas.
Las autoridades han señalado que, aunque las condiciones de seguridad siguen siendo complejas, el trabajo conjunto entre las fuerzas militares y las organizaciones humanitarias está permitiendo que las ayudas lleguen a las comunidades más necesitadas.
La situación en el Chocó sigue siendo de gran incertidumbre. Las lluvias no dan tregua y las comunidades afectadas continúan luchando por sobrevivir a las consecuencias de las inundaciones. Aunque las autoridades están trabajando para mitigar el impacto, la magnitud de la crisis requiere esfuerzos extraordinarios, tanto a nivel nacional como internacional.