Panamá y Colombia han acordado fortalecer su cooperación en seguridad a lo largo de la compleja y peligrosa frontera que comparten, especialmente en la selva del Darién, una región de difícil acceso que ha sido punto crítico en el tránsito de migrantes ilegales hacia Norteamérica. La medida busca una respuesta más efectiva frente a las amenazas comunes que ambos países enfrentan, como el crimen organizado y el tráfico de personas, que ponen en peligro tanto a los migrantes como a las comunidades locales.
Este anuncio fue realizado el jueves por el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá, tras una reunión entre Frank Abrego, ministro de Seguridad Pública panameño, e Iván Velásquez, ministro de Defensa de Colombia. Durante el encuentro, ambos funcionarios destacaron la necesidad urgente de establecer esfuerzos conjuntos para garantizar una mayor seguridad en la región, en especial en las áreas selváticas del Darién, donde operan grupos criminales.
55 migrantes han fallecido y 180 niños fueron abandonados en el Darién durante 2024
Según el Ministerio de Seguridad Pública de Panamá, la situación en la zona es “compleja”, debido a la creciente presencia de traficantes y grupos ilegales, lo que incrementa la preocupación por la seguridad de los migrantes y la población local. Se estima que miles de personas, en su mayoría provenientes de Venezuela, cruzan anualmente la jungla en condiciones extremadamente precarias, lo que se ha convertido en un desafío para ambos países.
Para hacer frente a estos retos, las autoridades acordaron establecer una “hoja de ruta” que guiará los esfuerzos de cooperación en seguridad hasta 2025. Esta estrategia incluirá el intercambio de inteligencia, la lucha contra el crimen organizado, y el fortalecimiento de las capacidades operativas de las fuerzas policiales de Panamá y Colombia. Uno de los primeros pasos será la mejora de los servicios policiales en Panamá, lo que permitirá una respuesta más eficiente y coordinada a los riesgos compartidos.
A pesar de la complejidad del panorama, las estadísticas más recientes han mostrado una disminución en el flujo migratorio por el Darién. Hasta el 17 de diciembre de 2024, se reportó un descenso del 41% en el número de migrantes, con 300.549 personas cruzando la selva, en comparación con más de 520.000 en el mismo periodo de 2023. A pesar de esta disminución, el flujo migratorio sigue siendo una preocupación para ambas naciones, dada la continua llegada de personas provenientes de más de 50 países, principalmente de Venezuela.
La colaboración entre Panamá y Colombia es clave para afrontar estos desafíos de seguridad y migración, y se espera que, con los esfuerzos conjuntos, se logren resultados más eficaces en la protección de las personas y en la mejora de la estabilidad en la región fronteriza del Darién.