En el centro de Bogotá cada semana se tejen decenas de prótesis mamarias que son obsequiadas a mujeres que han tenido cáncer de seno o mastectomía, el proyecto es liderado por Juan Diego Castillo, fotógrafo de profesión y tejedor de corazón.
“Hay un patrón, por supuesto, como en todos los tejidos hay un guión, una guía para que todas las prótesis queden iguales. Entonces ellas reciben el patrón, ellas cogen sus agujas, cogen los hilos que son naturales, son hilos en bambú o son hilos en algodón y tejen. Dependiendo del tamaño de prótesis, la terminan, nos las envían a nosotros, nosotros las rellenamos, las empacamos y las enviamos”: explica Juan Diego.

No fue instruido por ninguna de sus abuelas, aprendió a tejer gracias a tutoriales de internet y se preparó por más de un año para hacerlo de la manera más profesional. Lo apoya Paula Velásquez, su compañera de vida, quien ha sido su mano derecha en este proyecto: “Yo tejo las prótesis en mis tiempos libres. Es como una terapia, digamos, el tejido es una terapia muy importante para todas las mujeres porque nos ayuda a calmarnos. Yo he sufrido muchísimo estrés toda la vida, espasmos de esófago, anestesia, tiritus por estrés. He hecho meditación, he hecho todo, y lo único que me ha funcionado es el tejido, especialmente el tejido humano”.

Una labor noble en un país donde han muerto 4.353 mujeres en el último año por el cáncer de seno
“Yo por eso tejo muchísimo al público, porque me gusta hablar del autoexamen, de que las mujeres se paren en el espejo por lo menos una vez al mes, se miren, se toquen, si ven una manchita en uno de sus senos, no se acostumbren a esa manchita, porque si se acostumbran, cuando ya se den cuenta es demasiado tarde”.
Incluso, lleva tatuado en uno de sus brazos las medidas de las prótesis, marca de su arduo trabajo, inspirado en trascender con pedagogía, a través de su fundación: Oropéndola espejo de Knitted Knockers una iniciativa creada Estados Unidos:”Lo más valioso de esta labor, es como ver que hay tantas personas que cuando ven estas notas dicen, yo quiero también hacerlo, yo quiero ayudar. Es como esa humanidad. Creo que nos falta es ayudarnos nosotros a nosotros mismos. Se puede, simplemente con puntadas ya podemos ayudar a alguien más a recuperar su autoestima, a recuperar su valía”.

Paco es otra de sus creaciones, un chigüiro tejido
“Se llama Paco porque es pa’ compañar, pa’ comprender, pa’ consentir, pa’ acompañarse. Paco lo entregamos a las clínicas y a los hospitales donde hay niños con cáncer o también en casas. Por ejemplo, he dicho que hay casas de acogida de las familias que vienen de otras partes. Entonces, vamos y entregamos a Paco y el personal médico es el encargado de entregar todo el kit.”
Para las personas que quieran recibir de manera gratuita tanto las prótesis como a Paco sólo deben escribir al correo oropendola fundacion@gmail.com.