La sequía que azota a Santander ha alcanzado niveles alarmantes, afectando especialmente a los municipios de Los Santos, Vélez, San Benito, Capitanejo y El Guacamayo. Ante esta grave situación, las autoridades han implementado medidas urgentes, entre ellas la distribución de agua mediante carrotanques, para mitigar la crisis hídrica que ya ha impactado tanto a la población como a la agricultura local.
El pasado 30 de enero, la Gobernación de Santander convocó el primer Consejo Departamental de Gestión del Riesgo de 2025, donde se determinó declarar la calamidad pública en los cinco municipios más afectados. Esta medida se tomó luego de que las condiciones de sequía se agravaran, afectando el abastecimiento de agua para consumo humano y riego de cultivos, vitales para la economía de la región.

La dependencia de los carrotanques
En Los Santos, uno de los municipios más golpeados, los habitantes han tenido que depender completamente de los carrotanques para abastecerse de agua potable. La situación es igualmente crítica en Vélez, San Benito, Capitanejo y El Guacamayo, donde la falta de lluvias ha comprometido aún más el acceso al líquido vital.
Edward Sánchez, director de Gestión del Riesgo de Santander, explicó que las autoridades han logrado coordinar esfuerzos para garantizar la disponibilidad de carrotanques en los municipios afectados. “En el municipio de Vélez se ha podido ayudar en coordinación con la administración municipal para tener carro tanques disponibles”, comentó Sánchez, resaltando la colaboración entre el gobierno departamental y los alcaldes locales.
Racionamiento y extensión de la sequía
Además de la distribución de agua mediante carrotanques, se ha implementado un racionamiento del recurso hídrico, especialmente en los territorios más afectados. La sequía, que es típica de esta época del año debido a la temporada de menos lluvias, podría extenderse hasta finales de febrero, según estimaciones de las autoridades.

La falta de agua también ha puesto en riesgo la producción agrícola, que depende de los ciclos de riego. En algunas zonas, los campesinos se han visto obligados a racionar el uso del agua para sus cultivos, lo que podría impactar la producción de alimentos en la región.
El 29 de enero, la Gobernación de Santander informó sobre la ocurrencia de 14 incendios forestales que afectaron unas 100 hectáreas de terreno, además de 20 conatos de incendio en el área metropolitana de Bucaramanga. Estos incendios no solo agravan la crisis hídrica, sino que también representan un peligro adicional para la comunidad.
Como respuesta, la Unidad para la Gestión de Desastres ha desplegado cinco carrotanques en los municipios más críticos, incluyendo un carrotanque del departamento que está en comodato con los municipios de San Benito, Los Santos y otros, en colaboración con el cuerpo de bomberos y la Policía Nacional.

Durante el consejo departamental, las autoridades recomendaron a la ciudadanía estar alerta ante cualquier posible emergencia, especialmente en lo que respecta a incendios forestales. También se hizo un llamado a evitar el uso desmedido de agua, particularmente en un momento en que el recurso escasea y la temporada de lluvias bajas aún persiste.
El esfuerzo conjunto de las autoridades y la comunidad sigue siendo esencial para superar esta crisis. Las medidas implementadas, como el racionamiento y la distribución de agua, buscan aliviar la difícil situación, mientras que las autoridades continúan monitoreando la evolución de la sequía y el riesgo de incendios. Sin embargo, las proyecciones sugieren que la sequía podría continuar afectando a la región por varias semanas más, poniendo a prueba la capacidad de respuesta del departamento ante una de las peores crisis hídricas de los últimos años.