La Policía de Bogotá logró la captura de dos individuos que se hacían pasar por miembros de la Segunda Marquetalia para extorsionar a comerciantes en la capital. Las autoridades dieron a conocer los detalles de esta operación, que culminó con la detención de los sospechosos, identificados como alias ‘Andrey’ y alias ‘Luis’.
Durante un mes, un equipo investigativo siguió a los criminales, que incluyó interceptaciones telefónicas, denuncias y análisis de videos. La operación culminó en la incautación de dos celulares, así como material probatorio que incluye fotografías de las víctimas y sus negocios, que ahora está en manos de las autoridades judiciales.
Método de extorsión
Alias ‘Andrey’, quien fue detenido en el barrio Santa Fe, se encontraba bajo detención domiciliaria por el delito de hurto calificado y agravado. La Policía reveló que coordinaba las extorsiones desde su hogar, utilizando videollamadas amenazantes en las que aparecía junto a supuestos miembros de la Segunda Marquetalia, mostrando uniformes y armamento.
Por su parte, alias ‘Luis’, capturado en el barrio Candelaria, tenía un historial delictivo que se remontaba a hace una década. Se le atribuye la responsabilidad de realizar seguimientos y tomar fotografías de las residencias de los comerciantes amenazados. Las extorsiones, conocidas como “impuestos de guerra”, podían alcanzar hasta 600 millones de pesos, y las personas que no cumplían con las exigencias eran amenazadas con atentados.
Mensajes amenazantes
Estos delincuentes utilizaban mensajes en sus videollamadas que advertían a las víctimas sobre las consecuencias de no acatar sus demandas. Un mensaje típico decía: “Reciba un fraterno saludo por parte de la comunidad móvil Arturo Ruíz Segunda Marquetalia. Se les está haciendo el llamado para que se acerquen a dialogar con nosotros… De no acatar el llamado no respondemos por los daños que se les puedan causar”.
Las amenazas eran acompañadas de información detallada sobre los comerciantes, incluidos los lugares que frecuentaban y detalles sobre sus familias, aumentando así el nivel de temor y presión sobre los comerciantes.