El Ejército Nacional de Colombia confirmó un atentado con un artefacto explosivo lanzado desde un dron contra tropas desplegadas en la zona rural del corregimiento de Robles, en Jamundí, Valle del Cauca. El ataque, ocurrido en las últimas horas, no dejó víctimas mortales, pero ha generado preocupación por el uso de nuevas tácticas de violencia por parte de grupos armados ilegales.
A través de un comunicado, la Tercera Brigada del Ejército detalló que el ataque se produjo mientras las tropas realizaban labores de seguridad en la región, una zona de alta tensión por la presencia de grupos armados ilegales, especialmente las disidencias de las Farc. El artefacto explosivo, presuntamente dirigido contra las fuerzas militares, fue lanzado desde un dron en lo que constituye una modalidad cada vez más común en los enfrentamientos con grupos armados ilegales.
Nuevas tácticas de violencia
Este ataque con dron cargado de explosivos subraya la creciente sofisticación de las tácticas empleadas por los grupos armados ilegales en Colombia. Según el Ejército, el atentado fue perpetrado por el Grupo Armado Organizado Residual conocido como “Jaime Martínez”, una de las facciones disidentes de las Farc que ha incrementado sus actividades en el sur del país. La Tercera Brigada condenó el uso de estos artefactos, calificándolo como un “cobarde hecho” y una violación al Derecho Internacional Humanitario.
“El uso de drones para lanzar artefactos explosivos constituye una grave infracción al Derecho Internacional Humanitario y una flagrante violación a los derechos humanos”, indicó el Ejército en el comunicado.
A pesar del ataque, las autoridades confirmaron que no hubo víctimas entre las tropas ni civiles. Sin embargo, el Ejército ha desplegado un operativo especial en la zona para proteger a la población local y contener el accionar de los grupos armados ilegales, especialmente en áreas rurales de difícil acceso.
Preocupación por el aumento de ataques
El ataque con dron en Jamundí es solo el último de una serie de incidentes violentos que han afectado tanto a la población civil como a las fuerzas de seguridad en la región. En los últimos meses, las disidencias de las Farc han incrementado su presencia en el Valle del Cauca, especialmente en los municipios rurales, donde las autoridades locales han emitido alertas tempranas.
La Defensoría del Pueblo ha manifestado su preocupación por el incremento de los ataques a la población civil, que se suman a los hechos de violencia en otros puntos del país. En particular, el municipio de Jamundí ha sido escenario de varios atentados, que han puesto en riesgo la vida de los habitantes, además de generar desplazamientos forzados.
El uso de drones por parte de grupos ilegales también ha generado un debate sobre la necesidad de actualizar las estrategias de seguridad en Colombia, pues la tecnología moderna está cambiando rápidamente las dinámicas del conflicto armado en el país.
Mientras tanto, las autoridades locales y nacionales mantienen la vigilancia sobre la situación en el Valle del Cauca y continúan con los esfuerzos para garantizar la seguridad de los ciudadanos y las tropas desplegadas en la región. La escalada de violencia en Jamundí y otras zonas del país pone en evidencia la creciente capacidad de los grupos armados ilegales para adaptar sus métodos de ataque, lo que exige una respuesta más ágil y coordinada de las fuerzas de seguridad.