La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos ha emitido un contundente pronunciamiento sobre la grave situación de orden público que afecta al departamento de Arauca, en el este de Colombia, donde los grupos armados ilegales continúan incrementando las violaciones a los derechos humanos.
En un informe reciente, la oficina documentó 15 homicidios de defensores de derechos humanos en la región durante 2024, entre los que se incluyen 12 líderes comunales y un sabedor mayor indígena del Pueblo Hitnü. Además, se reportaron 151 casos de secuestros por parte de grupos armados no estatales, con 51 personas aún desaparecidas. De manera alarmante, el reclutamiento forzado de menores de edad también sigue siendo una de las prácticas más devastadoras, con 42 niños, niñas y adolescentes involucrados en estos crímenes, según el informe de la ONU.
en esta región operan disidencias de las Farc y el ELN
Las comunidades indígenas, especialmente los pueblos Hitnü y Makagüan, están enfrentando una grave amenaza de extinción física y cultural, debido al conflicto armado y a la presencia de grupos como el ELN y las disidencias de las FARC, al mando de alias ‘Iván Mordisco’. Estos grupos no solo están involucrados en el reclutamiento de menores, sino que también ejercen control sobre los territorios indígenas, afectando profundamente sus estructuras sociales y culturales.
“La situación en Arauca es crítica. Los pueblos indígenas se encuentran entre los más vulnerables, con un riesgo real de desaparición. Es fundamental que las autoridades judiciales investiguen, juzguen y sancionen los graves crímenes cometidos por estos grupos armados, incluidos los homicidios, el reclutamiento y la desaparición forzada”, señaló la ONU en su comunicado.
Asimismo, la organización internacional hizo un llamado a la implementación urgente de políticas de desmantelamiento de los grupos armados ilegales, así como a la protección de los derechos de la población civil frente a las amenazas, extorsiones y el terrorismo que estos grupos generan a través de panfletos y videos intimidatorios.
El panorama en Arauca refleja una de las crisis más complejas en materia de derechos humanos en Colombia, con un aumento significativo en la violencia y las violaciones a los derechos fundamentales de los ciudadanos, especialmente en comunidades vulnerables como las indígenas y los líderes sociales. La ONU instó a una respuesta firme por parte del gobierno colombiano y la comunidad internacional para poner fin a este ciclo de violencia.