En lo que ya se anticipaba como un desenlace complicado, la reforma laboral presentada por el Gobierno de Gustavo Petro fue archivada en la Comisión VII del Senado. La ponencia de archivo, impulsada por un bloque de senadores, logró los votos necesarios para poner fin a la tramitación del proyecto, que en principio había generado grandes expectativas pero que finalmente no logró superar las barreras del Congreso.
El 11 de marzo, la ponencia de archivo fue radicada por los senadores Miguel Ángel Pinto, Esperanza Andrade y Nadia Blel del Partido Conservador, junto a Honorio Henríquez y Alirio Barrera del Centro Democrático. Estos senadores fueron claves para el hundimiento del proyecto, al sumar sus votos a los de Berenice Bedoya (ASI), Lorena Ríos (Colombia Justa Libres) y Ana Paola Agudelo (Mira), quienes también se pronunciaron en contra de la reforma.
Por otro lado, Fabián Díaz, de la Alianza Verde, presentó una ponencia alternativa, mientras que Norma Hurtado, del Partido de la U, se mantuvo en silencio respecto al tema. De esta manera, la reforma laboral solo recibió el respaldo de los senadores Wilson Arias, Martha Peralta, Ferney Silva y Omar Restrepo, quienes no lograron reunir la mayoría necesaria para su aprobación.
El contexto político y social de la votación
La votación estuvo precedida por una semana de tensiones políticas y sociales. El presidente Gustavo Petro había anunciado previamente que el 18 de marzo sería un día cívico, lo que motivó a varios grupos a convocar manifestaciones en Bogotá. Estas protestas también estuvieron marcadas por la restricción en el acceso al Capitolio debido a posibles riesgos de seguridad para los congresistas. De hecho, los ocho senadores que apoyaron la ponencia de archivo fueron blanco de amenazas, lo que añadió un nivel de complejidad a la situación.
Un revés para el gobierno de Petro
Este rechazo a la reforma laboral no es un caso aislado. En el último año, el Gobierno de Gustavo Petro ha visto cómo otras iniciativas clave, como la reforma a la salud y la ley de financiamiento, han fracasado en el Congreso. Asimismo, otros proyectos como la ley estatutaria de educación y la reforma política también han encontrado obstáculos en el legislativo, lo que pone en evidencia las dificultades del Gobierno para materializar sus propuestas en el Congreso.
Con el archivo de la reforma laboral, el país se prepara para la consulta popular que el presidente Petro ha propuesto como un mecanismo para consultar a la ciudadanía sobre algunos de los puntos clave que contenía el proyecto. El Gobierno espera que este mecanismo pueda allanar el camino para una nueva discusión sobre los temas laborales, aunque no está claro si el resultado será favorable para las propuestas que no lograron pasar en el Congreso.
Este revés político marca un punto de inflexión en la agenda del Gobierno, que deberá replantear sus estrategias para avanzar en otros proyectos clave, mientras la consulta popular se perfila como la última carta para conseguir el apoyo popular en temas laborales.