La discoteca murciana Fonda Milagros, donde el 1 de octubre de 2023 murieron trece personas, la mayoría de origen latinoamericano, a causa de un incendio, carecía de salidas de emergencia adecuadas. Testimonios de trabajadores del local apuntaron que, además de tener solo dos salidas en la fachada, muchas de las puertas de evacuación permanecían bloqueadas y solo podían abrirse desde la sala Teatre, que se encontraba conectada con Fonda Milagros.
En una declaración reciente ante la jueza encargada de la investigación, ocho empleados del establecimiento confirmaron que tanto las puertas traseras del local como las que comunicaban con otro local siniestrado estaban siempre cerradas con llave. El acceso a una de las salidas, que daba a un callejón, estaba bloqueado con rejas y candados, tal como habían señalado anteriormente los bomberos que intervinieron en el incendio.
tres colombianos fueron algunas de las víctimas mortales
A su vez, los testigos detallaron que existían otras dos puertas en la pared que separaba la discoteca Teatre de Fonda Milagros, pero estas también estaban bloqueadas con cadenas y habitualmente cubiertas con biombos y otros elementos decorativos. Solo desde la sala Teatre, a través de los pulsadores de apertura, era posible acceder a estas puertas, lo que impedía una evacuación rápida desde Fonda Milagros.
Otro aspecto alarmante que revelaron los empleados es que nunca recibieron formación en prevención de incendios ni participaron en simulacros de evacuación, lo que dejaba a los trabajadores desinformados sobre cómo actuar en caso de emergencia. Esta falta de preparación se sumó a las graves deficiencias en las medidas de seguridad del local, como quedó demostrado en los trágicos sucesos del 1 de octubre.
El incendio, que comenzó en la zona del techo cercana a la cabina del ‘disc-jockey’, fue alimentado por las chispas emitidas por las máquinas de fuegos fríos utilizadas en la fiesta de esa noche. Según los testigos, esta maquinaria fue la que originó el fuego que acabó con la vida de trece personas, cinco de ellas ecuatorianas, cinco nicaragüenses y tres colombianas.
La jueza mantiene como investigados a seis personas, entre ellas el dueño de Fonda Milagros, tres responsables de la discoteca Teatre, el organizador del evento y el propietario de la máquina de fuegos fríos, por posibles delitos de homicidio imprudente.
Este trágico incidente pone de manifiesto la importancia de las medidas de seguridad en los locales nocturnos y la necesidad de una supervisión más rigurosa para garantizar la protección de los asistentes. La investigación continúa, y los familiares de las víctimas exigen justicia.