Los productores de arroz de Colombia iniciaron un paro indefinido, exigiendo soluciones inmediatas para un sector que enfrentan su peor crisis en años. Esta movilización, convocada por Dignidad Agropecuaria Colombiana, afecta a los departamentos de Huila, Tolima, Meta, Casanare y Norte de Santander, y tiene como principal motivo los bajos precios de compra de la cosecha, la sobreoferta del grano y las importaciones masivas provenientes de países como Estados Unidos y Ecuador.
El paro se originó después de un comunicado emitido el 21 de febrero por Dignidad Agropecuaria, en el que alertaron sobre la grave situación que atraviesa el sector arrocero. Desde las 7:00 am del 3 de marzo, los agricultores se han movilizado, bloqueando vías y realizando protestas para exigir al Gobierno Nacional que adopte medidas urgentes que garanticen la estabilidad económica de este sector estratégico para el país.
Óscar Gutiérrez, presidente de Dignidad Agropecuaria, expresó su preocupación por la caída de hasta un 19% en la compra de la cosecha por parte de los industriales, lo que ha afectado gravemente a los productores. Según Gutiérrez, el precio actual del arroz en cáscara no cubre ni los costos de producción, lo que ha provocado pérdidas millonarias en el campo.
El caso de Martín Vargas, líder de Dignidad Agropecuaria en Huila, refleja la desesperación de los arroceros. Vargas señaló que a pesar de las más de cinco mesas de negociación con el Gobierno Nacional, aún no se han alcanzado acuerdos satisfactorios. La frustración crece entre los pequeños productores, quienes acusan al Gobierno de priorizar los intereses de la industria sobre las necesidades de los agricultores.
El Tolima no ha sido ajeno a esta crisis. En municipios como El Espinal, los productores han denunciado la falta de respuestas por parte de las autoridades y han asegurado que la sobreproducción está llevando a los precios a niveles históricamente bajos. Juan Pablo Rodríguez, productor de la región, destacó que, por primera vez, los precios de la cosecha en los primeros meses del año están por debajo de los costos de producción.
El sector en peligro
La situación del sector arrocero no solo es económica, sino también social. En varias zonas del país, los agricultores están reportando pérdidas de hasta dos millones de pesos por hectárea cosechada, lo que pone en peligro la viabilidad de sus unidades productivas. A esta crisis se suman las masivas importaciones de arroz, provenientes de Estados Unidos, Ecuador y Perú, lo que los productores califican como una competencia desleal que agrava aún más la situación.
Los productores han presentado un pliego de peticiones con medidas concretas para mitigar los efectos de esta crisis. Entre las demandas más urgentes se incluyen:
- Ajuste inmediato en los precios del arroz en cáscara: Los arroceros exigen un precio mínimo de $220.000 por carga de 125 kg, frente a los actuales $185.000, que no cubren los costos de producción.
- Alivio a las deudas del sector: Reprogramación de deudas con la banca y el agrocomercio, y la condonación parcial de capital.
- Protección frente a las importaciones: Solicitan la implementación de salvaguardias comerciales para frenar la competencia de arroz importado.
- Investigación a la industria molinera: Petición de una revisión de los abusos de posición dominante en el mercado.
- Atención a la crisis fitosanitaria en Zulia: El ICA, Fedearroz y el Ministerio de Agricultura deben tomar medidas inmediatas para controlar las plagas en la región.
La movilización continúa
Los bloqueos en puntos estratégicos de los departamentos afectados, como Villavieja y Campoalegre en Huila, El Espinal en Tolima y la vía entre Puerto López y Villavicencio en Meta, han generado un panorama de tensión. Los arroceros han advertido que la movilización continuará hasta que el Gobierno presente soluciones concretas. Según los organizadores, más de 210 municipios del país están viendo comprometida su estabilidad económica debido a la crisis del sector.
Este paro se ha convertido en un grito de auxilio de un sector que, según los cultivadores, está al borde del colapso. Sin respuestas claras por parte del Gobierno, la situación de los arroceros colombianos sigue siendo crítica, y su futuro sigue siendo incierto.