En un esfuerzo por desarticular las redes de tráfico de personas que operan en la región, los presidentes de Colombia y Panamá, Gustavo Petro y Raúl Mulino, respectivamente, han acordado la construcción de una única ruta legal y controlada para migrantes a través del Darién. Este anuncio se realizó durante una reunión bilateral en el marco de la Asamblea General de la ONU, donde ambos líderes manifestaron su compromiso por asegurar un tránsito seguro para quienes buscan cruzar la frontera entre los dos países.
El presidente Gustavo Petro destacó la importancia de crear un camino que no solo sea seguro, sino que también esté bajo el control de las autoridades de ambos países. “Buscaremos construir una ruta legal y controlada, que tenga estímulos para que quienes quieran pasar lo hagan y no queden en manos de las mafias. Queremos abrir una ruta tranquila, eficaz y controlada por el poder público de ambos países”, afirmó Petro.
Este proyecto surge en un contexto crítico, dado que el Clan del Golfo, una de las organizaciones criminales más poderosas de Colombia, controla gran parte del tráfico de migrantes en la región y se estima que recibe alrededor de 65 millones de dólares anuales por esta actividad, según informes de Human Rights Watch. La nueva ruta buscará restarle poder a estas mafias, que se benefician de la desesperación de las personas que intentan cruzar el peligroso tapón del Darién.
cerca de 190 migrantes han pasado por el Tapón de Darién en 2024
Además de la ruta migratoria, la regularización del paso por esta zona fue un tema destacado en la conversación entre Petro y el viceconsejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jonathan Finer. En este encuentro, se discutieron planes para establecer programas de educación destinados a jóvenes venezolanos, los cuales contarían con financiación conjunta entre Colombia y Estados Unidos.
El presidente Petro también aprovechó su tiempo en Nueva York para reunirse con otros líderes internacionales, como los presidentes de Alemania, Francia, Kenia y Brasil, buscando apoyo para sus iniciativas en la región.
La creación de una ruta migratoria legal y controlada representa un paso importante en la lucha contra el tráfico de personas y ofrece una alternativa viable para aquellos que buscan una mejor calidad de vida lejos de sus países de origen. La efectividad de esta medida dependerá de la colaboración continua entre Colombia, Panamá y otros aliados internacionales.